Las razones por las que se producen los atracones de comida

Llegan las Navidades y entre otras cosas lo que predomina es el comer en exceso…

más aún en estos tiempos de pandemia. Es algo que hacemos en los momentos especiales alrededor de la mesa pero también en cualquier momento por los dulces tentadores y demás. En estos casos podemos tener conductas de atracón de alimentos debido a la gran disponibilidad que existe y las licencias que nos hacemos de comprarlo, regalarlo y la atención que prestamos en estas fechas a la comida. Pero más allá de estas costumbres navideñas, los motivos por los que nos podemos pasar comiendo son variados:

  • Lo primero es que comemos por placer: el atracón es una diversión, las personas podemos actualmente tener pocas fuentes de satisfacción, menos intereses, más tiempo solos, etc… y la comida se convierte en el único aliciente.

  • Un punto menos evidente pero que les sucede a quienes se atracan, son muchas veces las carencias afectivas: se puede tender a querer compensar el vacío existencial, intentar llenarlo con la comida. Puede que la comida aporte ese calor humano que no se obtiene de otra forma.

  • Otra razón llega a ser el sufrimiento acumulado: las personas pueden volverse muy sensibles y pensar que necesitan compensarse, que el dolor es tan grande que comiendo al menos no sufren.

  • La necesidad de escapar de la propia conciencia de lo que estén viviendo: en estos tiempos algunas personas viven un intenso estrés o tienen pensamientos y emociones que quieren acallar y distraen su mente con la comida.

  • El estar pasando en estos momentos por dietas autoimpuestas que llevan a prohibirse determinados alimentos: Cuando algo no se come aumenta el deseo por ello. El cuerpo busca el equilibrio y la mente coloca lo prohibido en el rango del deseo, con lo cual se ansía, se busca y se consume de forma impulsiva.

  • Algunas personas se pueden llegar a atiborrar como forma de castigo: comer sin medida esconde algunas veces el mensaje de «no vales nada», «total si no soy constante, soy un desastre con la comida»… que lleva a tratarse mal, a descuidarse.

  • El haber aprendido a contrarrestar determinados estados, por ejemplo, estar cansado, con comida, en lugar de cubrir esas necesidades con lo que requiere realmente que sería descansar.