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Cómo mejorar el autocontrol para afrontar la ansiedad, el miedo, las preocupaciones y las inseguridades

Lo primero que debes saber es que tu mente está preparada desde el nacimiento para sentir miedo y ponerse alerta.

Con el tiempo este sistema se va volviendo más complejo, va madurando y aprende de la experiencia. Se supone que con los años muchas cosas ya no nos deberían afectar tanto. Esto es porque cuando sentimos miedo nuestro cerebro pasa a valorar lo que está sucediendo y si encuentra que la situación no es peligrosa entonces da la orden de relajarse.

Pero qué ocurre para que muchas personas sientan miedo sin motivo y no paren de preocuparse por todo. La ansiedad excesiva tiene que ver en parte con el funcionamiento cerebral y en parte con el funcionamiento psicológico. A nivel cerebral existen unas estructuras superiores que dan órdenes a la zona baja del cerebro, la que nos pone en alerta. Lo que ocurre es que si las superiores no toman el mando entonces las inferiores tomarán protagonismo y su funcionamiento se disparará. Este descontrol se propagará de vuelta hacia arriba pero sobre estructuras que solo van valorar el peligro y sus posibles vías de solución, pero que no ejecutan nada. De este modo, nuestra cabeza se focalizará en el miedo y en el análisis del peligro fortaleciendo sus correspondientes estructuras cerebrales, pero debilitando la otra estructura superior, la que ejecuta y pone orden en todo esto.

 

En resumen de forma esquemática, tenemos dos zonas altas del cerebro y una baja. Las regiones inferiores son automáticas y las superiores son controladas, voluntarias. Si una persona no detiene las alarmas que se activan de forma automática, si no ejecuta, no da órdenes, éstas potenciarán su funcionamiento y tomarán el control hacia arriba. Como resultado primero me descontrolaré más y segundo me detendré a darle vueltas a lo que temo también más. Psicológicamente lo que he hecho ha sido desatender mi capacidad de ejecutar las órdenes que me debía haber dado y dejar que el sistema funcione solo.

La forma de salir de este problema pueden imaginarse. Cuando sentimos ansiedad tenemos que darnos instrucciones y frenar la escalada de ansiedad. La primera orden es relajarse pero hasta tener el control de la situación hay que irse hablando y dándose una serie de instrucciones para reinterpretar la situación y sobre qué debo hacer. De este modo, iré tomando el control, gestionando las emociones y dejando de focalizarme en el peligro para pasar a ejecutar las soluciones que se requieran.