¿Comer despacio adelgaza?

Es cierto, comer despacio te ayudará a bajar de peso. Comer despacio, saboreando la comida, prestando atención a lo que haces mientras comes, poniendo los cinco sentidos y sin distracciones de TV, radio, lecturas, trabajo…es lo primero a la hora proponerse bajar de peso… y te explicaré por qué:

Un número de investigadores, entre ellos Cees de Graaf, de la Division of Human Nutrition, Wageningen University, Netherlands, han probado recientemente la relación que existe entre las denominadas “RESPUESTAS CEFÁLICAS” y el apetito. Las respuestas cefálicas son un conjunto de respuestas fisiológicas para preparar al sistema digestivo para cuando tenga que hacer la digestión, con el objetivo de mantener el equilibrio biológico. Para que estas respuestas se produzcan necesitamos percibir todo un abanico de sensaciones de nuestro entorno, nuestros sentidos y/o nuestros recuerdos. Entonces el sistema sensorial informa al cerebro y al sistema gastrointestinal de lo que va entrando en el cuerpo. Y prepara una serie de respuestas, liberando sustancias con la salivación, y liberando ácido gástrico, enzimas pancreáticas y hormonas del páncreas.

Esta estimulación cefálica funciona a través de el mero pensamiento de la comida y a través de los cinco sentidos implicados en la percepción de la comida.

Concretamente, la estimulación oral tiene un papel mayor en la regulación del apetito que la estimulación gástrica para la sensación de saciedad. Es decir, según diversos estudios se observa que la saciedad llega antes al ingerir los alimentos por la vía normal oral que si se administran directamente al estómago. Además, la saciedad se alcanza antes cuando al participante se le dice que se le está administrando los alimentos por vía intragástrica en comparación a cuando no se le informa. Lo cual nos indica que para tener la sensación de saciedad, que nos llevará a parar de comer, el grado de conciencia juega un papel esencial.

Tenemos que educar a nuestro cuerpo a comer despacio y con los cinco sentidos puestos en ello. Se ha demostrado que comer lentamente incrementa los niveles de las hormonas saciantes.

En conclusión, comer despacio puede ayudar a nuestro cuerpo a asociar las señales sensoriales de la comida con sus consecuencias metabólicas. Las comidas consumidas rápidamente deterioran estas asociaciones y llevan a la sobreingesta y, en consecuencia, a ganar peso.